Esta semana nos hemos propuesto descubrir algunos de los mejores y más bonitos castillos de Castilla La-Mancha. Nos encanta la fabulosa gastronomía de estas tierras, los paisajes dorados cargados de molinos de viento, su historia y leyendas…
Debido a la variedad de culturas y civilizaciones que han poblado nuestro país largo de los siglos, podemos encontrar muchas fortalezas de todos los tipos y tamaños diseminados por nuestra geografía, algo que nos encanta. Debido a ello, y para no hacer muy pesado el artículo, recorreremos un castillo de cada provincia de Castilla La-Mancha, el que más nos ha cautivado. Esperamos que os guste esta selección tanto como a nosotros.
Este castillo es conocido como el Castillo del Cid, ya que el dueño era don Rodrigo Díaz de Vivar (hijo del cardenal Mendoza). Es un palacio residencial del siglo XV, y uno de los últimos de este tipo erigidos en España.
Se construyó como símbolo destinado a mostrar la grandeza de la familia Mendoza, una aspiración que era muy popular en la mayoría de las familias nobles de la época.
El castillo se abandonó a su suerte a finales del siglo XIX. Se puso a la venta y lo compró el pueblo por la cantidad simbólica de 300 pesetas. Y sigue perteneciendo al pueblo, actualmente al Ayuntamiento de Jadraque.
Es posible visitarlo, con guía, los sábados, domingos y festivos a partir de las 12:30h. Para reservar tu visita puedes contactar con la Oficina de Turismo (949 890 168).
CASTILLO DE BELMONTE (CUENCA)
Este castillo, convertido en museo, es de propiedad privada. Lo mandó construir, en 1456, el Marques de Villena. Éste era el hombre de confianza del rey Enrique IV de Castilla (predecesor de los Reyes Católicos), y el señor más poderoso de su época.
Muchas de sus habitaciones y salones conservan el aspecto original del castillo. Otras fueron restauradas y redecoradas en el siglo XIX por la propietaria de aquella época, Eugenia de Montijo, emperatriz francesa y descendiente del Marqués de Villena.
Patio interior Castillo de Belmonte. Imagen: turismocastillalamancha.es
El interior palaciego, decorado con lujosas techumbres mudéjares en sus salones y galerías, hacen que este castillo sea uno de los más emblemáticos de España.
Interior Castillo de Belmonte. Imagen: turismocastillalamancha.es
Una de las curiosidades de este lugar, es que hacen recreaciones históricas, experiencias de terror… Podéis verlas y reservarlas en la página oficial del Castillo de Belmonte.
Nos ha encantado. Es un viaje en el tiempo por diversas épocas y lugares, ya que, debido a las reformas realizadas por la Eugenia de Montijo, muchas zonas del castillo tienen un estilo francés que te hacen olvidar que estás en España.
Si quieres contactar, conocer los horarios o reservar online tu visita, haz clic en este enlace.
CASTILLO DE GUADAMUR (TOLEDO)
Esta impresionante fortaleza del siglo XV, con influencia italiana, nos ha enamorado nada más poner los ojos en ella.
Castillo de Guadamur Imagen: turismocastillalamancha.es
En ella se alojaron y vivieron muy ilustres personajes históricos, como Felipe el Hermoso y su mujer, Juana la Loca, el gran emperador Carlos V y el cardenal Cisneros, entre otros.
El interior alberga una maravillosa colección de armaduras, tapices, muebles de época y cuadros. Ha sido escenario de algunas películas y series de televisión, entre ellas «Águila Roja», «Los Borgia» y «El Ministerio del Tiempo».
Se construyó sobre una fortaleza musulmana por orden de Don Pedro López de Ayala, conde de Fuensalida. Se ha incendiado y rehabilitado dos veces a lo largo de su historia.
Actualmente es una propiedad privada, y solo es posible visitarlo los lunes, martes y miércoles de 9.00 a 14.00 horas. Para ello es imprescindible solicitar reserva previa.
Si quieres más información o hacer una reserva, puedes contactar:
Estamos en la gran fortaleza de los caballeros calatravos. Con más de 45.000 metros cuadrados, se erigió para ser la gran sede de la orden. Su iglesia, convento, hospedería y recinto externo, rodeado de fortificaciones, crearon una auténtica ciudad fortificada medieval.
Castillo de Calatrava la Nueva Imagen: turismocastillalamancha.es
Aunque se han encontrado restos de la fortaleza de la edad del bronce y época visigoda, su gran apogeo sería a partir de la batalla de las Navas de Tolosa (1212).
El camino empedrado, que nos lleva a la base del castillo, se creó para la visita que realizó Felipe II en 1560.
Las zonas auxiliares de artesanos, hospedajes, cuadras y bodegas completan este magnífico retrato de la vida en la edad media.
Umberto Eco, que pudiera ser que se ambientara en esta fortaleza para su gran obra «El nombre de la rosa«, dijo de ella:
“Calatrava-La Nueva es uno de los lugares más bellos del mundo”
Visto desde lejos ya impresiona el tamaño del lugar, y, después de visitarlo, nos hacemos una idea muy clara de cómo debió ser la vida dentro de esta fortaleza en la Edad Media. Nos deja sin palabras.
Vista del Castillo y Convento de Calatrava la Nueva Imagen: turismocastillalamancha.es
Como no podía ser de otra manera, este lugar está asociado a muchas leyendas. Una de las que más nos ha gustado asemeja mucho a la de los 300 espartanos. La conocemos de mano de Santos G. Monroy (miciudadreal.es):
“El viajero prosigue su ascenso a Calatrava La Nueva y se acerca a la cumbre. En el cerro frontero, en el término de Calzada de Calatrava, se divisan las ruinas de otro castillo, Salvatierra, que domina un talud de maldito recuerdo porque está regado con la sangre de dos civilizaciones. La Orden tiene en este escenario que contempla el viajero su propia leyenda de “los 300”. En 1211, pocos años antes de que finalizara la construcción de Calatrava La Nueva, trescientos calatravos protagonizaron una homérica embestida contra el ejército de almohades que asediaba el castillo de Salvatierra.
Desesperados ante la inminente carnicería, los cristianos amagaron con varias cargas, precipitándose cuesta abajo sobre sus caballos de guerra, embriagados por una fe ciega, lanza en ristre, agitando al viento sus túnicas blancas. Y salvaron la fortaleza, al menos durante unos meses más. Cuando acabó la refriega debieron de palparse las carnes, asombrados de no descubrir ninguna tajadura y de verse con todos sus miembros pegados al tronco. Quizá ni ellos mismos lo creyeran. Aún pueden verse los restos de Salvatierra, un fantasmal muro abandonado al horizonte como una ensoñación romántica, quién sabe si guardando el misterio de un tesoro o de ese pasadizo secreto que conduciría a Calatrava La Nueva, según apuntan las leyendas que aún refieren los lugareños.”
Si quieres más información sobre las entradas y horarios de 2020, entra en este enlace.
CASTILLO DE ALCALÁ DE JÚCAR (ALBACETE)
La sola visión de este castillo es preciosa. Cómo no iba a serlo teniendo a sus pies el impresionante pueblo de Alcalá de Júcar, uno de los más bonitos de España.
Vista nocturna de Alcalá de Júcar y el castillo. Imagen: turismocastillalamancha.es
Esta fortaleza almohade data de entre los siglos XII y XIII, y es un perfecto ejemplo de arquitectura islámica. Todavía podemos ver restos de la antigua muralla que rodean la fortaleza.
También nos cuentan que ya hubo aquí asentamientos iberos y romanos, ya que éstos también eligieron el cerro como un punto perfecto para la defensa y vigilancia.
El castillo cuenta con sus propias leyendas, y nos ha encantado la que nos cuenta la historia de la princesa Zulema. Hay dos variantes de esta leyenda:
En una de ellas, Zulema es una princesa cristiana raptada por un moro, llamado Garadén, que tiene la intención de casarse con ella y hacerla musulmana. Pero Zulema, ante ese destino, prefiere tirarse por uno de los torreones del castillo…
En la otra versión, Zulema es una princesa musulmana que se enamora de un caballero cristiano y abandona el castillo de su padre, el moro Garadén, para instalarse con el cristiano en una localidad cercana llamada…Zulema (actualmente a 11km de Alcalá de Júcar).
Podemos visitar este increíble lugar:
De mayo a septiembre: de 11h a 14h y de 17h a 20h.
De octubre hasta abril: de 11h a 14h y de 15h a 18h.
Esperamos que te haya gustado esta selección personal de Castillos de Castilla La-Mancha.
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