TRASMOZ: EL PUEBLO MALDITO DE ESPAÑA
Trasmoz, en la provincia de Zaragoza, no solo es el único pueblo maldito de España, sino que también está oficialmente excomulgado por la Iglesia Católica.
En el siglo XIII, este lugar era conocido por el Señorío de Trasmoz. Muy cercano al pueblo se encontraba, y aún se puede visitar, el Monasterio de Veruela, el primer monasterio cisterciense de Aragón.
El abad de Veruela era señor feudal también de la zona y de los pueblos de alrededor, salvo de Trasmoz. Éste fue entregado a una noble familia leal a la Corona Aragonesa. Las tiranteces entre ambos señores feudales comienzan por el no sometimiento de el de Trasmoz y por su laicidad. En aquella época también, según nos cuentan en la localidad, se creía que en el castillo se acuñaba moneda falsa. Los ruidos que generaban al realizar tal labor, y las leyendas de la zona sobre aquelarres, dieron lugar a pensar que en el castillo había brujas, y que esos sonidos que se oían al anochecer eran de los ritos que realizaban.
Con ese caldo de cultivo, vino a sumarse una nueva disputa entre ambos señoríos por la madera, lo cual desembocó en la EXCOMUNIÓN DEL PUEBLO DE TRASMOZ por parte del Abad.
Durante los siguientes tres siglos, la superstición de la época alentó el imaginario colectivo dando lugar a leyendas sobre el pueblo al que Dios abandonó.
En el siglo XVI, la mecha vuelve a encenderse entre los dos señoríos cuando uno de pueblos cercanos a Trasmoz desvía el agua del río que abastece a la localidad. Tras intervenir el abad de Veruela a favor del que desvía el agua, los de Trasmoz buscan justicia. Y estalla una pequeña guerra civil entre las comarcas que apoyan a un señor y al otro. A tal nivel llega la contienda que tiene que intervenir el Rey Católico, Fernando de Aragón. Éste le da la razón al señor de Trasmoz.
Humillado por esta derrota, el abad de Veruela reúne a todos los monjes del monasterio y procede a MALCEDIR AL SEÑOR DE TRASMOZ Y AL PUEBLO.
El ritual que se llevó a cabo, según las crónicas locales, tuvo lugar en la iglesia del monasterio. Primero, el abad colocó un sudario negro de la cruz. Acto seguido, junto al resto de los monjes, entonaron el salmo 108 del Libro de los Salmos:
“Danos tu ayuda contra el adversario, porque es inútil el auxilio de los hombres; Con Dios alcanzaremos la victoria, y él aplastará a nuestros enemigos”
Desde entonces, y hasta nuestros días, Trasmoz es el único pueblo maldito de España, además de excomulgado.
BECKER Y LAS LEYENDAS DE TRASMOZ
En 1835 el monasterio de Veruela quedó abandonado, pero se podía seguir visitando y alojarse en el, ya que se convirtió en hospedería. Allí pasó una temporada el gran Gustavo Adolfo Becker, y le dedico tres de las «Cartas desde mi celda» a Trasmoz, su castillo y a sus brujas. Por ejemplo, en la carta VII, nos cuenta la leyenda del castillo de Trasmoz:
“…Desde tiempo inmemorial es artículo de fe entre las gentes del Somontano que Trasmoz es la corte y punto de cita de las brujas más importantes de la comarca. Su castillo, como los tradicionales campos de Barahona y el valle famoso de Zugarramurdi, pertenece a la categoría de conventículo de primer orden y lugar clásico para las grandes fiestas nocturnas de las amazonas de escobón, los sapos con collareta y toda la abigarrada servidumbre del macho cabrío, su ídolo y jefe. Acerca de la fundación de este castillo, cuyas colosales ruinas, cuyas torres oscuras y dentelladas, patios sombríos y profundos fosos parecen, en efecto, digna escena de tan diabólicos personajes, se refiere una tradición muy antigua.
Parece ser que en tiempo de los moros, época que para nuestros campesinos corresponde a las edades mitológicas y fabulosas de la Historia, pasó el rey por las cercanías del sitio en que ahora se halla Trasmoz, y viendo con maravilla un punto como aquel, donde, gracias a la altura, las rápidas pendientes y los cortes a plomo de la roca, podía el hombre, ayudado de la Naturaleza, hacer un lugar fuerte e inexpugnable, de grande utilidad por encontrarse próximo a la raya fronteriza, exclamó volviéndose a los que iban en su seguimiento y tendiendo la mano en dirección a la cumbre:
-De buena gana tendría allí un castillo.
Oyóle un pobre viejo que, apoyado en un báculo de caminante y con unas miserables alforjillas al hombro, pasaba a la sazón por el mismo sitio, y adelantándose hasta salirle al encuentro, y a riesgo de ser atropellado por la comitiva real, detuvo por la brida el caballo de su señor y le dijo estas solas palabras:
-Si me le dais en alcaidía perpetua, yo me comprometo a llevaros mañana a vuestro palacio sus llaves de oro.
Rieron grandemente el rey y los suyos de la extravagante proposición del mendigo, de modo que, arrojándole una pequeña pieza de plata al suelo, a manera de limosna, contestóle el soberano con aire de zumba:
-Tomad esa moneda para que compréis unas cebollas y un pedazo de pan con que desayunaros, señor alcaide de la improvisada fortaleza de Trasmoz, y dejadnos en paz proseguir nuestro camino.
Y esto diciendo le apartó suavemente a un lado de la senda, tocó el ijar de su corcel con el acicate y se alejó seguido de sus capitanes, cuyas armaduras, incrustadas de arabescos de oro, resonaban y resplandecían al compás del galope mal ocultas por los blancos y flotantes alquiceles.
-¿Luego me confirmáis en la alcaidía? -añadió el pobre viejo, en tanto que se bajaba para recoger la moneda, y dirigiéndose en alta voz hacia los que ya apenas se distinguían entre la nube de polvo que levantaron los caballos, un punto detenidos, al arrancar de nuevo.
-Seguramente -díjole el rey desde lejos y cuando ya iba a doblar una de las revueltas del monte;- siempre con la condición de que esta noche levantarás el castillo y mañana irás a Tarazona a entregarme las llaves.
Satisfecho el pobrete con la contestación del rey alzó, como digo, la moneda del suelo, besóla con muestras de humildad y, después de atarla en un pico del guiñapo blancuzco que le servía de turbante, se dirigió, poco a poco, hacia la aldehuela de Trasmoz…”
Puedes leer al completo esta y las otras cartas en este enlace del Aula Cervantes. Bécquer quedó prendado de este precioso pueblo y sus leyendas. Los vecinos, desde luego, han correspondido ese cariño. Por las calles podemos ver placas en las paredes de las casas con sus famosas «Rimas»…
Y también hay murales y estatuas suyas que decoran diversos rincones de este poético «pueblo maldito».
FIESTAS Y TRADICIONES DE TRASMOZ
El pueblo, gracias a la asociación El Embrujo de Trasmoz, está recuperando sus antiguas tradiciones y fiestas. Entre ellas, podemos destacar:
ELECCIÓN ANUAL DE LA BRUJA DE TRASMOZ
Desde el año 2000, en la reunión que tienen lugar el Día del Socio (primer sábado de agosto) los socios eligen por votación secreta a las tres candidatas a Bruja del Año. Escogen a las que, en su opinión, han hecho algo importante para el crecimiento y promoción de Trasmoz. Durante sus fiestas de San Roque serán votadas tanto por los socios como por los habitantes de Trasmoz que abonen las fiestas.
El último día de los festejos se hace entrega de tan merecido reconocimiento a la ganadora, y durante todo el año será la representante de las brujas. También tendrá el honor de realizar la apertura del mercado esotérico de la Feria de la Brujería
FERIA DE LA BRUJERÍA
Esta actividad, organizada el primer sábado de Julio, comienza al mediodía con un desfile que parte desde la entrada del pueblo y se dirige hacia la Plaza de España. Encabezando la marcha irá la Bruja del Año y la Bruja de Honor, escoltadas por el resto de las Brujas de Trasmoz y una corte de caballeros y personajes raros.
A lo largo del día se realizan exhibiciones de cetrería, magia, combates de espadas y representaciones sobre la captura y tortura de brujas.
Las actividades nocturnas empiezan con una deliciosa degustación de las “migas diabólicas”. Tras este manjar, empieza la actuación central (que cada año varía). También se cuenta la historia de la maldición y excomunión de Trasmoz
LA LUZ DE LAS ÁNIMAS
Para la celebración del día de Todos los Santos, el pueblo de Trasmoz llena el día de actividades. Disfrutan y participan en ellas tanto los autóctonos como los turistas, y es toda una experiencia para los más pequeños. El acto principal de la mañana es el vaciado y la decoración de las calabazas. Éstas, convertidas en “calaveras” y con una vela en su interior, serán colocadas a primera hora de la tarde por el cementerio y el monte, para marcar el camino de las ánimas. Aunque la tradición nos recuerde mucho al típico Halloween americano, no tiene nada que ver, ya que es muy anterior.
Por ese sendero creado con las calabazas se hace una procesión desde la iglesia del pueblo. La procesión reza el Rosario durante el camino y, al llegar al cementerio, se reza por las ánimas benditas.
A medianoche, la Fundación Castillo de Trasmoz regala a todos los visitantes una queimada. Preparada con su correspondiente conjunto, estará acompañada de dulces artesanales y música hasta altas horas de la madrugada. Frio no pasaremos…
EN TRASMOZ DESCANSA EL INVENTOR DE LA FREGONA
Manuel Jalón, inventor de la fregona, descansa en el castillo de Trasmoz, el cual compró en 1988. También creo la fundación CASTILLO DE TRASMOZ. El castillo fue cedido al ayuntamiento en 2002. En el pueblo podemos ver el monumento erigido por su invento (el cual agradecemos cada día).
Aunque no lo parezca nada más verlo, el «pequeño» pueblo de Trasmoz tiene grandísimas historias que contarnos. Agradecemos de corazón la labor de la asociación El Embrujo de Trasmoz. Gracias a ellos, podemos seguir disfrutando de las antiguas tradiciones y leyendas de nuestra amada España…
Todo esto y mucho más en trasmoz.com, la web oficial de la asociación.
¿Conocías Trasmoz, el pueblo maldito de España? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios.